lunes, 29 de noviembre de 2010

Castillos De Arena

A las orillas de una playa dorada se erige un hermoso castillo, hecho de las más puras partículas de arena; un monumento al amor frágil y nuevo que desea empezar a crecer; con murallas decoradas de vistosas conchas, en bodegones inmensos llenos de cuentos felices que parecen estrellas fugaces en un paisaje nocturno que nos provoca llorar.

En las torres elevadas se mantienen encarcelada a la desconfianza; un grupo de inocentes niños corren jugando al escondite en las habitaciones del palacio; las tormentas llenas de dudas se empiezan a formar, amenazando a cada paso con atraer olas que lleven nuestro castillo de arena a su final; me pregunto si acaso Dios permitirá que el amor que nace dentro se derrumbe sin dejar rastro de que alguna vez existió.

Veo al cielo dividirse en dos, con el paso de una carroza de fuego que deja una estela blanca que hace desaparecer al instante las tormentas; el radiante sol baña mi cuerpo de luz, siento el agua en mis pies, cierro los ojos y dejo que el viento acaricie todo mi ser; el castillo de arena en mi corazón no se dañado porque esta bendecido por el creador.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Sinfonía citadina

Franjas multicolores cubren el cielo de este nuevo amanecer, en la copa de un árbol del parque de la ciudad hay un violinista tocando la pieza más hermosa jamás escuchada, acompañado por el ruido de unos en la esquina de una intercepción.

En la cima de un edificio solo se oye la tonada triste de un saxofón, que lleva el ritmo de las lágrimas de un músico que perdió la esperanza en el mundo y desea que su muerte llegue pronto; se escucha la voz de la madre afanosa, les grita a sus hijos porque necesita llegar a tiempo a una reunión del trabajo.

Una señora canta alabanzas al creador, elevando su voz hasta el límite, para competir contra el taladro que retumba de la construcción de la nueva tienda por departamentos de al lado; los obreros vociferando obscenidades a la bella mujer de vestido blanco que pasa frente a ellos.

Las palomas comen migajas de pan lanzadas por ancianos que en los 70s eran grandes estrellas en ascenso del rock; pero que ahora solo se conforman con seguir los acordes de los latidos de su corazón; entre cuentos de glorias pasadas, sexo y buena música se regocijan por las tardes otoño.

Una ciudad, miles de habitantes, millones de historias y un concierto interminable, que es una mezcla del ruido de autos, problemas, dinero, maquinas, personas y algunos animales; gracias ciudad por permitirme ser parte de tu sinfonía.


lunes, 15 de noviembre de 2010

La Senda A La Soledad

Dónde queda la palabra «esperanza», cuando cada latido del corazón pareciera contar en versos cortos una historia de amor llena de melancolía; donde se narra que un día, un hombre conoció un ángel del cual se enamoro, pero en una noche tormentosa, la perdió.

Que oscuro parece nuestro destino, cuando el amor se va; lo peor no es sobrevivir al rompimiento del pacto de amor, sino lograr levantarse a la mañana siguiente. Con el beso frio del amanecer llegan los fantasmas del recuerdo; los pedazos rotos de lo que una vez fue el corazón, descansan silentes en el cementerio que se inauguro en el lado izquierdo del pecho del que una vez estuvo enamorado.

Cuando rompes la urna en la que llevabas la gloria y las lagrimas ya hayan dejado brotar, encontraras que por momentos entras a una fantasía intoxicante de lo que una vez fue y no volverá; la mentira más cruel quizás sea esa que nos dice que todos tenemos un alma gemela.

Si es verdad que todos tenemos a nuestra otra mitad en un lugar en el mundo, quizás eso sea como un juego macabro en el que intentamos encontrar a esa persona que nos completa; yo un alma torturada, merezco a mi lado a otra alma torturada; solo quien conoce la oscuridad puede asomarse a la luz verdadera.

Solo un alma que haya probado lo agridulce del amor y haya sentido morir por él, merece lapidar a la soledad logrando encontrar el verdadero amor y jamás perderlo.


lunes, 8 de noviembre de 2010

Balada Del Undamo

Yo soy el Undamo y esta es mi balada; para mí no existen las barreras, yo tengo todas las llaves y se leer todas las señales; una densa neblina anuncia mi llegada; el mismísimo tiempo se detiene como reverencia a mi inmenso poder; yo solo llevo la corona del depredador mas feroz; por eso a mi paso la tierra tiembla y las flores no florecen.

Yo nací del caos de la batalla, yo me bañe con la primera lluvia que cayó, yo vi a las nubes ser dibujadas en el cielo y a la oscuridad del vacío desaparecer; yo Undamo la fuerza imparable y la persecución implacable; Jamás confiare en nadie, porque en mi naturaleza solo existe la lealtad hacia mí mismo; mis ojos son lo único que brilla en la oscuridad de sus maneras; varios afirman que mi cara han visto.

Para invocarme solo debes reunirte ante el fuego, decir los canticos antiguos que los shamanes vetustos cantan solo una vez en sus vidas; el ritual es violento y cruel, incluye romper una promesa y maldecir tu nombre, en presencia de la luna llena.

Yo conozco la oscuridad del abismo y he sido cegado por la luz reveladora, por eso en mi no existe el miedo; yo llevo mi corazón cocido en el pecho; Yo Soy el Undamo, renuncie a mi nombre, me negué a aceptar mi ascendencia, no tengo familia, no tengo rostro; yo soy puro poder; yo soy el amo y el esclavo; yo soy el látigo que golpea y las manos ensangrentadas. Mi trono solo conoce a un amo.

Mi palacio esta en un monte de barro; en donde gárgolas gemelas cuidan las rejas de la entrada, un demonio disfrazado de ángel merodea el jardín; un laberinto de columnas llenas de espinas y inmensas estatuas de reyes decoran el salón del trono; donde yo espero a alguien digno de enfrentarme, creo que esperare por otro milenio mas; esta es mi melancólica tonada, mi balada secreta; vengan atrévanse a conocer al Undamo.

lunes, 1 de noviembre de 2010

La Serpiente De Humo

Cuentan los trovadores de tierras lejanas que hace muchos años hubo una batalla tan sangrienta como ninguna otra; dice uno de ellos que al final de la cruzada tan solo quedaron un montón de sueños rotos, acompañados un montón de dudas referentes a porque el amigo no corrió con la suerte de que se le perdonara la vida.

Caras con el sueño borrado, demostraban el horror de la noche anterior; El cielo estaba manchado de pinceladas grises, recordándoles que ya nunca volverían a recuperar lo que perdieron, se oían los lamentos en la larga fila de vencidos, que decían en suspiros débiles: jamás volveremos a ser hombres.

Ellos abandonaron su hogar en busca de gloria, pero ahora regresan como gigantes derrotados que cargan con la vergüenza atada a sus corazones; al frente de la larga fila, va el general que antes tan solo la victoria conocía.

La noche llego, ya era hora de acampar; Alrededor de las fogatas se reunieron los que la noche anterior marchaban con la cabeza en alto, pero que ahora ni siquiera se atreven a suspirar.

El general se alejo del grupo para consultar con las estrellas la razón de su fracaso; Tomo una vasija redonda, la lleno de con un poco de heno y unas gotas de aceite; lo encendió formando un globo fuego; recito unas palabras para invocar la benevolencia divina; tomo su daga, cortando su mano al mismo tiempo que dejaba que unas gotas de su sangre tocaran la flama.

Lo libero una larga serpiente de humo al firmamento, la cual dibujo para el escenas de la batalla de la noche anterior, en las que noto que había sido derroto por su vanidad; con su respuesta obtenida, se acerco a sus hombres y se arrodillo ante ellos, les pidió disculpas porque su soberbia les había causado un daño irreparable; marco en su armadura las siguientes palabras: «la vanidad es el pecado que lleva a la gran derrota». Les pidió que reunieran sus fuerzas y lo siguieran a casa; mientras se alejaban el miro una última vez sobre su hombro, para ver a la serpiente de humo morir en el horizonte.