martes, 26 de mayo de 2009

Crónicas Del Príncipe Roto: Terza notte

A la mañana siguiente me levante bien temprano y pude ver como el sol salía de su descanso; desperté a Valo y lo monte en Prodezza, me monte también y le dije a valo: Agárrate bien; no pararemos hasta salir del desierto; Prodezza cabalgo como nunca, parecía que volaba sobre las dunas; Prodezza corría como el viento a pesar de mi peso y el de Valo combinado.

Mientras avanzábamos en el horizonte se divisaba, una tormenta; me dispuse a rodear la tormenta porque todavía estábamos demasiado lejos de ella. No me preocupe debido a esto; de pronto vuelvo a sentir presencias detrás de nosotros, eran más piratas del desierto; note que esta vez eran demasiados, no podría escaparme de 5 hombres al mismo tiempo, pensé para mi mismo: Prodezza tiene demasiado peso sobre su lomo; solo había una salida para salvarnos, correr hacia la tormenta y esperar que los piratas se acobarden, y desistan de su vil empresa.

Le pedí a Prodezza: Corre como nunca has corrido y le pedi que siguiera el horizonte hasta llegar al pueblo, protege a Valo bajo cualquier circunstancia; le cubrí la cara a Valo con una bufanda; nos acercábamos cada vez más a la tormenta, sentía el galope de los caballos de los piratas al mismo tiempo que sentía la fuerza del viento en mi cuerpo. Uno de los jinetes viles esta a un costado, lo pateo y lo hago caer del caballo, pero eso no hace parar a ninguno de los otros.

Siguen detrás de mí, cual león detrás de la gacela; la tormenta se avecina a toda velocidad, esta sobre nosotros, tensionó mi cuerpo, preparandome para lo peor.

Me despierto enterrado en la arena; confundido y desesperado, rápidamente me levanto y busco a mi alrededor en alguna señal de Valo o de Prodezza, empecé a caminar hacia el norte.

varias horas han pasado, estoy hambriento y cansado, el calor me hace perder el agua de mi cuerpo, mis pies parecen hornos ardientes; subo dunas y bajo dunas otras.

Los buitres se asientan sobre mi cabeza, rodeándome en un baile que presagia mi muerte; me desmayo y los buitres se lanzan sobre mí, pero no planeo morir en este desierto. Me levanto y con daga en mano me abro camino a través de la bandada de carroñeros.

He pasado tantas horas caminando, que hasta he empezado a ilusionar. Veo a mi madre pidiéndome que me rinde y me eche a dormir; pero se que es el desierto engañándome, el esta intentando destruir mi temple; Ahora mismo no siento nada, Camino por caminar; estoy a punto de desmayarme. No siento miedo, ni dolor, ni pena, ni deseo.

En realidad lo único que espero es no morir sin poder tener la oportunidad de cumplir mi tarea. Pero ya no puedo mas, me voy rindiendo, poco a poco hundiéndome en el sueño de la muerte; Cierro los ojos un rato y luego los vuelvo a abrir, siento que empieza a bajar el sol, veo su brillo morir a través de mis ojos. Mi mente se pierde hasta el punto de la inconsciencia, siento que me arrastran; pero me imagino, que es otra ilusión; oigo un relincho y me siento que el mundo se cierne sobre mi...CONTINUARA....

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