lunes, 13 de diciembre de 2010

Me levanto

Me levanto a pesar de que en mi cara este dibujado el desaliento que solo llega cuando se ha luchado tanto; me levanto aunque mi cuerpo me pida lo contrario, porque sé que dormir me transporta planicies dotadas de hermosura, las cuales son solo una cruel ilusión que quiere evitar que vea la dura realidad.

Me levanto porque amo la manera en que duele, cuando los rayos del astro de fuego, incendian mis pupilas. Amo como la dulce música nocturna muere ante bullicio de una ciudad que despierta a mí alrededor; que lastima que a estas horas me resulte tan repulsivo el canto de las aves.

Me levanto otro día más, pero las cicatrices de batallas pasadas susurran terrores para evitar que con valentía enfrente este nuevo día; por la ventana veo un paisaje lleno de vida, mientras que en esta habitación solo hay un panorama gris donde me espera un cigarrillo a medio fumar y un hombre vestido de blanco en la televisión predicando la palabra de Dios, pero por alguna extraña razón me parece más un farsante que un profeta.

Sí, me levanto a pesar de estos desvaríos de locura que me dicen que fuera de este cuarto solo hay pena, pero sé que quedándome aquí jamás cambiare nada; por eso cerrare mis ojos y tomare un respiro de rocío matinal para ver si me recuerda porque cada día me debo volver a levantar e intentarlo otra vez.

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