lunes, 11 de octubre de 2010

La Última Huida

Dejando el motor rugir como una bestia mitológica; la carretera pierde su silencio mientras este bólido gana velocidad; mis manos sudan a través de mis guantes de cuero y el sol nace en mis en mis anteojos; hoy no hay miedo porque sé que esta hoy desayunare en las ruinas de lo que una vez fue mi vida.

Mi espíritu esta libre, avanzo dejando una enorme nube de polvo a mi paso; la tierra tiembla mientras tomo las curvas peligrosamente cerca de desfiladeros; estoy llegando a donde toda esta locura terminara, no queda más que avanzar.

Aquí en este inhóspito camino me transformaré en una leyenda; mi pie parece estar adherido al acelerador; de mis ojos el sueño se ha borrado y la duda se ha quedado atrás. Los guardianes del camino se abalanzan sobre mi corcel impulsado con gasolina.

El que se atreva a seguirme debe estar seguro de que solo la ruina hallara; el barranco esta a la vista, falta poco para que todo acabe en un destello destructor. Veo en el retrovisor que los guardianes no se rendirán sin luchar; que lo intenten, soy intocable por unas horas más.

Sus balas no me pueden lastimar, ni siquiera a mi flamante potro mecánico lograran derribar; sus caras muestran asombro por mi temeraria manera de maniobrar; antes de que logren detenerme me lanzare de este acantilado para recibir mi bautizo de fuego.


3 comentarios:

Ojos de Perro Azul dijo...

woow!! Este intrépido se atreverá a buscar su libertad en el fondo negro de un acantilado, todo por terminar con una vida turbulenta...armado de su maquina de motor se inmortalizara en esos peligrosos precipicios y alcanzara liberar su alma.

Ana Hilda Medina dijo...

Te digo tiene q ser escritor!! Esa vaina m encantooooooooo :D

Lïßělula ® dijo...

Huirás de las personas, huirás de los problemas, huirás hasta de tu propia vida... pero jamás de tu destino!